18 julio, 2006

Verdugo

Él suspira por encontrar a su próxima víctima y engancharla con su mente para tenerla siempre bajo sus pies, y día a día hundirla sin que ella lo note hasta que llegue más abajo de la tierra.
Pobre la que ha caído en sus estrategias malévolas y, sin buenos resultados, se esfuerce por lograr la armonía con un humano desfigurado.
Estos especímenes deberían ser encerrados en un calabozo, todos juntos, para que su sed de destrucción la desahoguen con similares.
Las flores bonitas deberían permanecer en la tierra y no transplantarse prematuramente al jardín de las nubes.

Suficientes candelas he quemado para mantener la memoria de sus pétalos fresca, pero confieso con voracidad que preferiría incinerar a los responsables de su muerte.

13 julio, 2006

Futesa









Soltar sin sollozo una lágrima
y permitirle deslizarse
con calma por la mejilla
es casi una caricia de consuelo
propio.