17 diciembre, 2007

Una tajada, una porción, un pedazo

Siempre sentí que no me entregó su corazón entero. Se encontraba dividido entre otra persona y yo. Hasta el último día me comparó, y aunque yo salía siempre 'ganando', ese espectro, para mí extraño, permanecía. No me importa que me lo haya negado toda la vida, es irrefutable los ojos de tristeza con los que me veía cuando la recordaba. ¡Cómo duele que te quieran a medias!

"Me quiere... no me quiere... Me quiere... no me quiere... Me quiere... no me quiere." Se siente un vacío cuando te entregan un corazón viciado.