Origen
Una mariposa revoloteaba. Se posó en los pétalos de una flor nueva y fresca, y con sus patas la acariciaba. Mientras chupaba su miel, sentía una energía que la jalaba hacia la flor...
Fue inevitable. La flor se enamoró de ella. Le dio su néctar y luego sin pensarlo, la succionó lentamente hacia su centro.
No puso resistencia y se guió por su deseo. Los estambres rodeaban sus alas cerradas. Se sintió en una voluta. La mariposa recordó el abrazo de la pupa y quiso volver a sentirse protegida en un capullo.
Un escondite que detenga la metamorfosis,
que le dé calidez,
que contenga su pigmento,
que duerma sus temores,
que materialice sus deseos.
Fue inevitable. La flor se enamoró de ella. Le dio su néctar y luego sin pensarlo, la succionó lentamente hacia su centro.
No puso resistencia y se guió por su deseo. Los estambres rodeaban sus alas cerradas. Se sintió en una voluta. La mariposa recordó el abrazo de la pupa y quiso volver a sentirse protegida en un capullo.
Un escondite que detenga la metamorfosis,

que le dé calidez,
que contenga su pigmento,
que duerma sus temores,
que materialice sus deseos.
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