A tiempo
Asombrosamente en todas las aceras por las que pasó habían parejas de hombres hablando entre sí con los brazos cruzados y la cara seria. Ninguno de ellos divisó a la muchachita que caminando con pasos largos intentaba calmar a su alma que quería salir corriendo.
Dos veces salió a caminar y las dos veces que regresó a su casa, al cerrar la puerta empezaba a llover. Ese detalle llamó su atención.
Dos veces salió a caminar y las dos veces que regresó a su casa, al cerrar la puerta empezaba a llover. Ese detalle llamó su atención.
Mientras oía la lluvia estrellarse en el techo, pensó con una sonrisa tímida en sus labios: "Nunca llegó a tiempo para llorarme encima".
Hermoso... Interesante simbolismo...
Posted by Zauberlehrling | 5:18 p. m.
Gracias Xand.
Bienvenido de nuevo a mi blog.
Posted by Tatiana | 8:18 p. m.
... lo real maravilloso ...
así lo llamaba Carpentier.
pero por qué razón la lluvia se niega
a entregarte su frescura...
será que sabe que llevas mucha lluvia por dentro.
te propongo mostrarle un poco de sol, verás como se vuelve una contigo
Posted by Anónimo | 3:00 p. m.
Viento: Es verdad, un poco de sol no hace daño.
Posted by Tatiana | 1:03 p. m.
muy bello
Posted by Matías | 8:59 p. m.